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«La economía circular será clave para la independencia y seguridad de los suministros de materias primas»

    Clemente González Soler. Presidente del Grupo Alibérico

    Marca España y Clemente González Soler deberían ser sinónimos. Pocos empresarios pueden representar, con una intachable trayectoria profesional, la consolidación de un grupo familiar español, Alibérico, que cuenta en la actualidad con 35 empresas y 1200 empleados 

    Resumir en unas pocas líneas la trayectoria profesional de nuestro entrevistado es en realidad una quimera. El que fuera máximo responsable de Ifema, quizás su cara más pública, es presidente de Alibérico, el mayor grupo privado familiar español y europeo fabricante de productos semitransformados de aluminio, con un total de 17 fábricas repartidas en cuatro continentes y con una línea de negocio en más de 80 países.

    Son incontables los premios y galardones que le han sido concedidos a Clemente González Soler –el último, la Encomienda de la Orden de la Comunidad de Madrid el pasado mes de mayo– por lo que robamos unos minutos de su apretada agenda para que nos haga un diagnóstico de la situación actual del aluminio y las repercusiones económicas derivadas de la pandemia de la COVID-19, sin olvidar lo que supondrán las líneas de financiación del Plan de Recuperación y Resiliencia o las nuevas oportunidades de negocio para la industria del reciclaje.

    ¿Cuál es la situación actual del sector del aluminio como consecuencia de la pandemia causada por la COVID-19?

    Hay un fuerte incremento de los precios y de la demanda en los últimos meses y una ampliación de los plazos de entrega. Está sucediendo con el aluminio, pero también con otras materias primas, como el acero o los plásticos. Entre las razones que explican este comportamiento, sin duda hay un componente de reactivación del consumo, pero también cierta especulación y miedo a posibles desabastecimientos. Todo ello ha llevado a un importante crecimiento de los stocks.

    Desde las informaciones facilitadas, tanto por diversas asociaciones del sector como por el volumen de negocio de la industria del aluminio, parece que este material no ha sufrido los devastadores efectos económicos de otros materiales a causa de la pandemia. Sin embargo, sí se apuntan otros factores que pueden generar incertidumbre. ¿Cuál es su opinión al respecto?

    Un factor de incertidumbre en el caso de España es el hecho de que, de las cinco fábricas de aluminio primario que existieron en nuestro país, solo permanezca abierta la de San Ciprián. El resto, localizadas en Sabiñánigo, Valladolid, A Coruña y Avilés, se fueron cerrando progresivamente desde 1982. Por tanto, para España es esencial y estratégico mantener la actividad de esta factoría. Y ello justificaría que el Gobierno tomase cualquier medida que asegurase su continuidad.

    En este último año hemos asistido a diversas reestructuraciones en el sector, quizás la más llamativa y mediática sea el cierre de Alcoa. ¿Espera cambios profundos de este tipo a corto y a medio plazo?

    La sensación de incertidumbre que experimenta el mercado no sólo viene motivada por la situación de la fábrica de San Ciprián. También influye el estado en que se encuentran las antiguas fábricas de Alcoa en A Coruña y Avilés, que de producir más de 120.000 toneladas de aluminio primario hace dos años, actualmente solo mantienen operativa y bajo mínimos la actividad de fusión y refusión de chatarra para fabricar tochos de aluminio. Todo ello genera escasez de materia prima en el mercado, a lo que se suma las dudas en torno a la empresa propietaria, Riesgo, que acaba de ser intervenida judicialmente.

    Como presidente del primer grupo privado español del sector del aluminio y uno de los más importantes en el ámbito europeo, ¿en qué factores reside la clave del éxito empresarial de Alibérico?

    Yo diría que se apoya en tres pilares básicos. En primer lugar, una tecnología propia muy avanzada en procesos y maquinaria de producción. En segundo lugar, un equipo de personas alineadas en objetivos y valores, con ilusión y pasión por mejorar y desarrollarse dentro de la compañía. Y, por último, una determinación por crecer que se traduce en la reinversión del 100% de los beneficios.

    A lo largo de la existencia de la empresa habrán asistido a multitud de variaciones en los mercados del aluminio, pero quizás es con este nuevo modelo de economía circular hacia el que transita Europa y a la ya anunciada transformación digital donde asistamos a más cambios en las pautas de consumo. ¿Cuáles serán esas posibles transformaciones a las que deberá prestar especial atención el sector?

    Lo más importante será la transformación que experimente el mundo tras la pandemia. Previsiblemente, será un mundo más local y menos global, en el que la economía circular será clave y un elemento estratégico para la independencia y seguridad de los suministros de materias primas. En este contexto, el aluminio secundario crecerá como alternativa al aluminio primario.

    Las propiedades intrínsecas del aluminio como material le sitúan en un lugar privilegiado a la hora de ser reciclado. ¿Cuáles considera que serán los grandes retos para mejorar las actuales cifras de reciclaje?

    El aluminio tiene una ventaja respecto de otras materias primas: es infinitamente reciclable, sin que pierda calidad por muchas veces que se recicle. Esto hace que el valor de la chatarra y de los residuos sea más alto que el de otras materias primas con respecto a su valor inicial. En este sentido, uno de los retos debería ser el potenciar y ampliar la capacidad de recogida de residuos y chatarras de aluminio, apoyándose en organizaciones como ARPAL, para incrementar el volumen de aluminio reciclado en nuestro país. Asimismo, son igualmente importantes las innovaciones tecnológicas y las mejoras en hornos de fundición. Especialmente, en los rotativos con sales, así como en los sistemas de procesado previos a la fundición.

    El sector también afronta diferentes problemáticas, como las denunciadas prácticas de dumping realizadas por China ¿Qué otras amenazas afronta?

    Está claro que la Unión Europea tiene que hacer algo respecto del dumping de los productores chinos. En el caso del aluminio, tienen ayudas del Gobierno que pueden llegar hasta el 17% del valor de las exportaciones. Si en la Unión Europea solo tenemos un impuesto de entrada del 6%, la desventaja competitiva de los productores europeos es del 11%. Espero que esta situación se corrija y que la Unión Europea proteja, apoye y promocione a su sector industrial.

    ¿Qué papel considera que desempeña la industria del reciclaje del aluminio en nuestro país y cuáles cree que serán sus grandes retos con este material?

    Creo que es una industria clave y con mucho futuro. Tanto su consumo como su producción crecerán de manera importante en los próximos años, y vendrán acompañados de nuevas tecnologías de fundición, en las que el hidrógeno será un elemento fundamental. Además, la industria se enfrentará a nuevos desafíos, como el desarrollo de mayores aplicaciones para el mundo del transporte, el envase y la edificación.

    Por último, ¿ha presentado el sector del aluminio o el Grupo que preside algún proyecto para la captación de fondos del plan del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia?

    Sí, hemos presentado al Gobierno de Aragón y a los ministerios de Industria y de Transición Ecológica el proyecto “Iberfoil Integra”, que supondrá la construcción de una nueva superfactoría para la fabricación de bobinas a partir de aluminio reciclado. Estará ubicada en los terrenos contiguos a la actual planta de Iberfoil en Sabiñánigo (Huesca).  El proyecto contempla una primera fase para la producción de 25.000 toneladas de bobinas, ampliable tres años después hasta las 50.000 toneladas.  La nueva planta estará dotada de las últimas tecnologías y basará su modelo de gestión en una completa digitalización de sus procesos y equipos. Será la gran referencia de la economía circular en el sector del aluminio.

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