Reciclaje Material

El objetivo es extraer fibras textiles del textil postconsumo.

Existen dos métodos principales:

El reciclaje mecánico consiste en triturar y desfibrar los tejidos que forman parte de las prendas de vestir, obteniendo como resultado fibras cortas que pueden mezclarse con fibras vírgenes para volver a obtener hilados. Actualmente las tecnologías de reciclaje mecánico son las más frecuentes. Entre los productos típicos se encuentran los paños industriales, acolchado y relleno para la industria del automóvil, aislamiento acústico y térmico, o alfombras no tejidas.

Dato: España el primer productor europeo de hilo reciclado, con una producción cercana a las 61.000 toneladas anuales.

El reciclaje químico – de fibra a Fibra: utiliza procesos químicos para reducir los textiles a sus componentes básicos, que pueden volver a hilarse en nuevas fibras, hilaturas y textiles, mediante:
• la disolución de la fibra que no interesa,
• la fusión de alguna de ellas, o
• tratamientos para retroceder el proceso de polimerización de las fibras (pasar de polímero a monómero, obtener oligómeros, etc.).

El reciclaje químico de fibras de lana o algodón no está al mismo nivel tecnológico que el reciclaje de poliéster. Se espera que al aumentar la demanda de fibras textiles recicladas por parte de los fabricantes y las marcas, aumente el reciclado de fibra a fibra.

Dato: el reciclaje de 1 kg de residuos evita la emisión de 3,2 Kg de CO2 a la atmósfera.

Preparación para la reutilización

Una vez vaciado el contenedor en los camiones de recogida, los residuos textiles se trasladan a la instalaciones de los gestores autorizados en donde clasifican y se preparan para la reutilización:
• Los textiles de mejor calidad se reutilizan en las tiendas de segunda mano nacionales.
• Con el resto se hace una clasificación exhaustiva y se destinan a la reutilización en terceros países.

Los textiles que por diversos motivos (suciedad, rotura, etc.) no se pueden reutilizar se envían a reciclar o se exportan a terceros países para hacer downcycling (mantas, aislamiento, automoción…), cuando su composición y estado lo permiten.

Por último, existe un flujo de material rechazado que se envía a vertedero o a incineración.

De todos los residuos que se recogen selectivamente:
• Entre el 5 y el 15% son prendas de primera calidad que se destinan a la reutilización en tiendas de segunda mano nacionales.
• Entre un 30 – 40% son prendas de segunda calidad que se destinan a la reutilización en terceros países.
• El 40% son prendas que no puede reciclarse y se destinan a reciclaje. También se exportan a terceros países para hacer downcycling (mantas, aislamiento, automoción…)
• Un 10% es basura textil y se destina a vertedero o incineración.

El textil es un residuo muy especial que tiene una capacidad de reutilización muy alta y, si está en buen estado, siempre le podrá servir a otra persona. Por eso, cuando ya no quieras una prenda puedes donarla depositándola en el contendor adecuado. Hoy en día existen diversas alternativas:
• Contenedores en la vía pública.
• Puntos limpios fijos y móviles.
• Contenedores en parroquias, colegios o centros comerciales.
• Contenedores en tiendas de ropa nueva o de segunda mano.

Además, hay empresas que compran la ropa a cambio de descuentos en compras de ropa de segunda mano o plataformas online que te permite venderlas.

Dato: el primer contenedor de textil se ubicó en 1987 en España.

Una vez que hayas depositado tu prenda en el contendor, la organización responsable se encargará de su recogida. La recogida se realiza de forma manual para preservar al máximo su posible reutilización.

Normalmente, los contenedores se vacían al menos una vez a la semana, para que la ropa preserve su calidad, aunque en algunos casos puede ser diaria.

Dato: cuando hacemos el cambio de armario en las estaciones de verano e invierno la recogida se puede triplicar de una semana a otra.